Es clave para todo gran proceso de coaching, que el cliente y su coach hagan equipo plenamente en un proceso creativo de reflexión, que inspire al cliente a maximizar su potencial personal y profesional. El coach honra al cliente como el experto en su vida y trabajo, y lo visualiza como creativo y completo. El coaching impulsa al cliente elevar el auto-conocimiento, a desbloquear su potencial, y fortalecer su habilidades de liderazgo.
El coaching está orientado a la acción, promueve una visión de largo plazo aunada a una serie de planes a corto plazo. Cada intervención es diseñada de acuerdo a las necesidades, prioridades y circunstancias particulares de la persona y de su empresa, y se lleva a cabo dentro del marco de la cultura de su empresa.
Todo el trabajo de coaching se da bajo la máxima confidencialidad y profesionalismo por coaches plenamente certificados, que se rigen por estrictos estándares éticos.
Las sesiones se dan tanto en persona, como vía teleconferencia y / o videoconferencia.
En los EUA nació esta creciente profesión, hacia finales de los años ochenta. En sus inicios, para ayudar a los más altos ejecutivos en empresas medianas y grandes a formular escenarios futuros dadas las complejidades y velocidad de cambio en el entorno. Como resultado del alto valor que se encontró en esta interacción, se fue expandiendo el uso de coaches en la organización y el coaching salió también de las empresas para ofrecerse a personas fuera de éstas.